domingo, 17 de agosto de 2008

17 de agosto

Al fin vimos el mar. Tomamos el autobús 60 que sale de Kennedy Plaza en el centro de Providence y que llega a Newport una hora y veinticinco minutos después. A lo largo del recorrido es posible hacerse una idea, aunque sea vaga, de las distintas penínsulas que conforman el brevísimo estado de Rhode Island y que le dan un contorno geográfico peculiar: lleno de salientes de tierra y entradas de mar que van serpenteando desde Providence hasta el mar abierto.
Dos y hasta tres veces cruzamos el mar salpicado de veleros y de lanchas a motor, por puentes tan largos comos estrechos. Y recorrimos poblados históricos como Warren y Bristol, que presumen en todo momento de su antigüedad, porque muchas de estas pequeñas ciudades son de las primeras en ser fundadas por los colonizadores ingleses.

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Newport no es, por supuesto la excepción. Ciudad pequeña, conformada sobre todo por una sucesión interminable de puertos que le dan la espalda al mar para adentrase en enorme bahía que llega hasta Providence, presume de cualquier cantidad de primogenituras, ninguna realmente relevante, pero que forman parte de la identidad singular de esta ciudad turística. Un motivo, si se quiere pequeño, para estar aquí. Al final, el problema es el mismo que en otras partes de Nueva Inglaterra: los edificios históricos –casas, mansiones, jardines- no son tan viejos, y están conservados en unas condiciones tan envidiables, que con dificultad se distinguen de las formas más resientes, apenas por alguna extravagancia, que por supuesto, se empeñan en destacar.
Newport es como toda ciudad veraniega, un espacio de mansiones de dimensiones insensatas del siglo XIX. Y se respira ahí un aire singular de corte inglesa. Aquí se encuentra la iglesia en la que John F. Kennedy contrajo matrimonio con Jacqueline, los primeros campos de tenis sobre pasto del país … pero sobre todo, lo que hay son restaurantes y heladerías, y un vaivén infinito de veleros sobre los embarcaderos, que son la razón principal y la atracción más importantes para los naturales de estas tierras.
Venimos aquí un día después de cenar con Bobbi y con Tom. Cuya amabilidad y cortesía rebasan me sorprenden cada vez más. El es jubilado con un título laboral que no logré retener pero que es una suerte de psicólogo que trabajó dando terapia Psicológica a personas de bajos recursos y a personas encarceladas. Ella en cambio, es sobre todo voluntaria que trabaja con los inmigrantes. En algún momento de su viva vivió en Ecuador como parte de una misión médica.
Viven con lo justo. Contando cada dólar invertido y valorándolo. Conscientes como muchos otros en el vecindario, de la inflación inusual que hay ahora en los Estados Unidos: 5.6 si se considera anualizada para julio. Y de las mayores dificultades para conseguir trabajo. De cualquier manera, a sus más de 65 años, ambos están buscando trabajo con el mismo espíritu que si tuvieran 20… la vida en realidad no se acaba.
Terminamos jugando “tren mexicano”, como se llama aquí a lo que en México conocemos como “dominó cubano”. Y la velada, entretenida espléndida, tras una tarde espectacular: con un cielo azul, una brisa suave que apenas se dejaba sentir refrescante, me hizo olvidar que existe Michael Phelps, que a puesto los raiting de las Olimpiadas en el lugar más alto en Estados Unidos, desde las olimpiadas de Atlanta.

5 comentarios:

Lienzo dijo...

Yo te imagino en Nantucket... chale no se ni donde queda ni nada, pero esta por el mar y debes de estar en nantucket... o debes de querer ir? o regresar? o... diablos nantucket se escribe asi?

Ernesto dijo...

Quiero ir a Nantuckt que es una isla y de dónde partían los barcos balleneros. Pero todavía estoy tratando de ver cómo llegar...

Itzel dijo...

Yo siempre quise reclutarme en un barco ballenero, que parece la mejor opción para la gente con depresión perpetua. Sin embargo todavía no encuentro que podría hacer de útil en uno. Y mira, hasta hoy me vengo enterando de que Providence está en Rhode Island.

. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
. dijo...
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