domingo, 21 de septiembre de 2008

Sueños

Ex umbris et imaginibus in Veritatem

También he soñado mucho. Notablemente más.
Por supuesto, no siempre son sueños que logre recordar y que por la mañana conserven cierta fidelidad con la experiencia onírica original, sin que la vigilia le aporte detalles y precisiones, correcciones de estilo.
En todo caso, son sueños que me despiertan, a veces sólo para que dé testimonio de su ocurrencia, y en ocasiones porque trastornan y alteran el descanso tanto como el ánimo. En cuanto a su contenido, abarcan un poco todo el espectro que uno podría imaginarse: he soñado con un amigo que trabaja en Google, y en el sueño tenia una oficina en el último piso de un edificio a la que yo llegaba con él. A la entrada me decía: toma, esta es para ti. Es el mas claro. El resto de los sueños son solo una forma confusa: he navegado, me he extraviado en un camión, he mantenido relaciones extrañas con una amplia variedad de personas: diálogos, peleas, intercambios, caricias… y en el elenco figuran personajes de aquí y de allá y, también, de la ultratumba. He perdido monedas y he rescatado a mis hijos de infinidad de peligros. Ha habido globos, pero muy poco sexo explícito. Una vez soñé con MaCain.

También estoy leyendo sobre sueños, porque a los hombres nos asaltan siempre las mismas preguntas a cerca de su significado, su origen, así como la inquietud de si conectan con algo o si son alguna clase de mensaje: ¿anticipan acontecimientos? ¿explican deseos? ¿Revelan alguna verdad?
Lo cierto es que hoy no tenemos una muy amplia cultura popular sobre los sueños. El psicoanálisis ha colaborado a valorar de nuevo la vida onírica, –Freud, Jung- pero al mismo tiempo ha ayudado a terminar de sepultar la cultura onírica del XVI y del XVIII. Falta por supuesto, hacer un balance preciso, pero el carácter diagnóstico del sueño en el psicoanálisis parece habernos alejado de esa cultura tendiente a tenerlos muy presentes, a relatarlos y tratar de desentrañar lo que hubiera en él: preludios del destino, advertencias, conversaciones con difuntos. La gente rara vez cuenta sus sueños, y rara vez se preocupa por saber qué pudiera ser lo que aquello –cualquier cosa que lo produzca- dice a través de él.

6 comentarios:

Itzel dijo...

Estoy leyendo el Comentario al sueño de Escipión, de Macrobio, y desde que comencé me he obsesionado con el tema de la vida onírica. En consecuencia he tenido sueños obsesivos, desde aquellos en donde presento una ponencia sobre el texto a mis antiguas compañeras de secundaria (que por supuesto no entienden una palabra) hasta el más bizarro donde mi hijo me pregunta en griego quién es Macrobio y yo no encuentro las palabras correctas para contestar.
Lo cierto es que el lugar donde vivo ahora lo elegí, en primera instancia, porque se parece mucho a un ático que soñaba de joven. Lo que ya no recuerdo con exactitud es si aquellos eran sueños o pesadillas...

Ernesto dijo...

Creo que nunca lo sabremos... Sueños o pesadillas ¿Cuál es en realidad la diferencia?
Pero cómo vale que le reconozcamos a los sueños y a otras fantasmagorías, un lugar en la vida, una cierta forma a lo que percibimos a nuestro alrededor... fantasías que son anticipaciones y que son también, recuerdos

CarinaProfeUBV dijo...

bueno, me parece que es la apreciaciòn formal y de los estudios occidentales-europeos sobre los sueños. Si revisamos las ediciones infinitas de los manuales sobre la interpretacion de los sueños para los que juegan loterias o para los angustiados e inseguros soñadores encontraremos curiosas respuestas, igualmente si recojemos la memoria sin mirar de a tanto hacia Grecia...que hacemos?

CarinaProfeUBV dijo...

ademas...de todos los mortales que tratamos de hacer los sueños realidad y que tambien suspiramos: menos mal que fue un sueño! los sueños son en cuanto ami existencia la mejor manera de mantenerme despierta

la chica bipolar dijo...

Primero soñé que repetía una lección de Averroes. Luego soñé con uno de mis múltiples amores platónicos (un maestro, para variar): llegaba a mi casa a pedirme la traducción de la Física de Aristóteles, y yo no supe que hacer, porque se paseaba desnudo por toda mi casa...
Luego soñé que visitaba a mi padre en Mérida, y que entre su casa y el lugar donde estábamos, había enormes plataformas petroleras a punto de estallar...
En fin...

Por otro lado, lo de los petardos pues fueron estudiantes de un CCH, la cosa fue contra los del Che. Los filólogos sudamericanos, unos se escandalizaron y otros se emocionarion de que las cosas sean igual que allá. De lo de MOrelia, pues sin novedad (todo suena a muy 11 de septiembre).

Y ya hace una semana que no aparecen descabezados... la noticia más triste fue que en la carretera (no me fijé cual, pero cerquita del DF) una elefanta de 40 años se atravesó en la autopista. El conductor de un camión de pasajeros, cual héroe de Nacozari, consiguió controlar el autobús, y sólo él perdió la vida.

Lloramos mucho por la elefanta.

Muchos saludos, tenga bonitos sueños... le diría que soñara con los angelitos, pero usted mejor que yo sabe de las dificultades que ello implica...

Una chica bipolar en su polo buenaonda

Bueno para nada dijo...

tambien llevo un rato soñando más que lo usual, sin duda debido a un cambio de rutina, siempre ha sido así, sobre todo cuando duermo en un lugar que no es el de costumbre, esta vez no cambió eso sino algunos hábitos simples y eso ha provocado que sueñe más y recuerde más lo que sueño.