viernes, 19 de diciembre de 2008

La tormenta

Comenzó el viernes cerca de las dos. Una ventisca de motas blancas que caían como diminutos cristales fue cobrando fuerza. Al principio parecía que llovía diamiantes, pero después, al irse acumulando en la acera, en la carrocería de los coches, en los techos, los árboles y los arbustos, un fina capa de algodón helado lo iba envolviendo todo. Hoy, 24 horas después, sigue nevando y hay 10 pulgadas de nieve acumulada. La nieve es limpia y pura, cuando está intacta, y genera esa sensación de perfección cuando está inmaculada. Pero es sucia y traicionera, cuando se ha convertido en lodo por el paso de los coches, las maquinas que la retiran de las calles o cuando el paso de las personas, de los animales o del agua, la va tornando entre amarilla y negra.
De no haber visto nunca nevar, ahora me harto. Descubro, también, porque la gente intenta ignorarla y hacer, quizá de manera más limitada, su vida diaria. La nieve impone un encierro contra el que quiere uno revelarse. Caminar en ella es agotadora, pero cuántas cosas posibilita: he visto personas esquiando en la calle y en los parques. A los chicos deslizarse sobre grandes cojinetes inflados -como los que se usan para el mar o las albercas- o sobre grandes escudos de plástico que se transforman en trineos.
Afuera sigue nevando y yo he descubierto un mondo completamente distinto.

2 comentarios:

la chica bipolar dijo...

Bueno. Yo insisto. Siéntese frente a la estufa (o su equivalente contemporáneo) y tome la pluma y el papel (o la Mac) y comience:

"Claudam nunc oculos, aures obturabo, avocabo omnes sensus, imagines etiam rerum corporalium omnes vel ex cogitatione meâ delebo, vel certe, quia hoc fieri vix potest, illas ut inanes & falsas nihili pendam, meque solum alloquendo & penitius inspiciendo, meipsum paulatim mihi magis notum & familiarem reddere conabor."

He estado pensando que quizás sea la nieve la progenitora de la modernidad... las cálidas arenas de Córdoba no iban más allá de producir averroístas... pero de una tormenta invernal salió el genio maligno.

Bueno. Felix Natividad:
la navideña chica bipolar

la chica bipolar dijo...

Es que me equivoqué, no era en las Meditaciones, era en el Discurso del Método. Era este el fragmento muy ad hoc para la tormenta de nieve:

Par exemple, que je sois ici, assis auprès du feu, vêtu d'une robe de chambre, ayant ce papier entre les mains, et autres choses de cette nature.
ut jam me hîc esse, fovo assidere, hyemali togâ esse indutum, chartam istam manibus contrectare, & similia.

la chica averroísta (dos almas, un sujeto)