Hoy volvimos al río que recorta por un costado el centro de la ciudad, y que separa éste de la colina en que se encuentra la Universidad de Brown. Fuimos hoy porque el espectáculo era otro. Uno del que nos habían hablado mucho, porque es, probablemente, el evento más tradicional de Providence. En el waterfire se encienden, a todo lo largo del cause del río, pebeteros donde previamente se ha colocado madera. Al mismo tiempo, sobre la ribera, hay bocinas desde donde se escucha música, de modo que el espectáculo del fuego sobre el agua y la música, vuelve la ribera del río un paseo propicio en el atardecer. El evento atrae una pequeña multitud, que además tiene la ocasión de cenar en restaurantes improvisados al aire libre por diversas organizaciones, escuchar algún concierto de música promocionada por una compañía telefónica; en fin, que puede uno tomarse un helado, caminar de la mano con la novia, o perseguir a los hijos, que siempre andan un paso delante de uno.
A pesar de la atracción de los espectáculos, el tema de las escuelas –sobre todo, el tema de la escuela de Paolo- sigue siendo objeto de preocupación. Al ser una escuela pública, y al tener opiniones divididas sobre ésta, hay sentimientos encontrados en nosotros. ¿Hasta qué punto nuestros temores se basan en la realidad de la escuela pública mexicana? ¿Hasta dónde es la influencia de las películas y la televisión americana? ¿Hasta dónde la realidad de la escuela pública en este país es completamente diferente a como la imaginamos?
1 comentario:
Nunca he entendido a la gente que tiene a sus hijos en escuelas privadas. Me parece taaaaan extraño, será que mi familia nunca tuvo dinero ni para atisbar la idea de que algunos de sus hijos fuera allí, o de que la gente que conozco , la mayoria, vive en extraños mundooos. Ponme del lado de la opinión divida que está confundida por tales sucesos. abrazo!
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